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jueves, 23 de febrero de 2012

Sustituir lámparas halógenas por lámparas de leds ahorra energía y dinero drásticamente

INTRODUCCIÓN

Las lámparas reflectoras halógenas (lámparas dicroicas) han ganado cuota de mercado en los últimos años, principalmente debido a su brillo (alta intensidad), la estética y la disminución de costos en la instalación. Su funcionamiento básico consiste en utilizar un transformador para tener bajo voltaje pero una intensidad de corriente muy alta, de manera que pueden tener un filamento de tungsteno mucho más corto que una bombilla “normal”. El problema es que gastan mucha energía eléctrica (y dinero).
Ejemplos de lámparas halogenas dicroicas típicas de 12V y 50W.
Ejemplos de lámparas halogenas dicroicas típicas de 12V y 50W.
La alta intensidad de luz y los reflectores internos que utilizan, consiguen un foco de luz muy potente que se ha utilizado históricamente para los objetos de iluminación in situ, tales como obras de arte y muestra al por menor.
En los últimos años, sin embargo, las lámparas halógenas dicroicas se han convertido en muy populares para la iluminación de espacios grandes como casas, oficinas y tiendas. Sin embargo, su haz estrecho requiere que un gran número de lámparas sean necesarias para iluminar estos espacios abiertos al mismo tiempo tratando de mantener una cierta uniformidad. No es raro ver a decenas de lámparas de iluminación de un área relativamente pequeña… el problema es que consumen mucha energía, 50 W por bombilla más 14 W por cada transformador (cada lámpara lleva uno).

EL CAMBIO DE LÁMPARAS VALE LA PENA

Hasta hace poco en mi piso estaban llegando facturas millonarias de la luz y por mucho que llevásemos cuidado seguíamos pagando mucho. Hasta que nos dimos cuenta que la culpa eran de las bombillas halógenas.
Como he comentado antes, cada bombilla halógena consume 50W cada hora, y teniendo en cuenta que generalmente se ponen varias unidades, el consumo se dispara. En mi cocina teníamos 8 bombillas halógenas, en total consumían 400 W, más 112 W de los transformadores, en total 512W para iluminar una simple cocina!!! una barbaridad para la economía y para la ecología.
Así que buscando por Internet me encontré las llamadas bombillas “halógenas” de leds, que consumían muchísimo menos. Los LEDs (Light EmittingDdiode) son esas lucecitas que por ejemplo, tenemos en el televisor cuando se apaga con el mando y se pone en Stand By, y se enciende una luz pequeña de color rojo.
Ejemplos de LEDs típicos utilizados en los aparatos electrónicos.
Ejemplos de LEDs típicos utilizados en los aparatos electrónicos.
Pero no estaba muy convencido que la luz fuese más o menos la misma, así que por eBay compré una de 6 W a un chino para probar… y aunque no hace la misma luz ni tampoco es tan “cálida” como la halógena, realmente el cambio valía la pena, así que he cambiado todas las bombillas halógenas de mi piso (50 W cada una)  por lámparas de leds de 6 W.
Ejemplos de lámparas de leds, 12V y 6W.
Ejemplos de lámparas de leds, de 6W (y 12 V).

EL COLOR DE LA LUZ

Cuando busquéis bombillas de LEDs, fijaos que hay varios tipos de “color” de la luz (técnicamente se llama “temperatura de color”), para que se entienda mejor pondré un par de ejemplos de lo que se puede encontrar:
  • “WarmW” o “Warm White” (blanco caliente) ofrece un color blanco un poco amarronado (parecido a las bombillas). Es un tipo de luz que relaja, hay quién la compara con la luz del atardecer.
  • En cambio el tipo “Cool White” (blanco frío) es un blanco parecido a la luz que ofrece la mayoría de fluorescentes. Se la relaciona con la luz matinal, y se dice que incita a la concentración y la actividad.
La temperatura de color (se mide en K o Kelvin) nos dice la tonalidad que tiene la luz.
La temperatura de color (se mide en K o Kelvin) nos dice la tonalidad que tiene la luz. Haz click en la imagen si quieres ampliarla.
Es recomendable mirarse bien el color que se desea antes de comprar las lámparas para evitar sorpresas.

COMPARATIVA ANTES Y DESPUÉS

Y aquí publico más datos de mi caso por si a alguien le resulta útil esta información.
Recibidor: 2 lámparas. Antes 2×50W= 100W. Ahora 2×6W=12W
Pasillo: 2 lámparas. Antes 2×50W= 100W. Ahora 2×6W=12W
Lavabo: 3 lámparas. Antes 3×50W= 150W. Ahora 3×6W=18W
Cocina: 8 lámparas. Antes 8×50W= 400W. Ahora 8×6W=48W
Comedor: 6 lámparas. Antes 6×50W= 300W. Ahora 6×6W=36W
En total, 21 lámparas. Antes  1.050 W y ahora 126 W. Un ahorro de 930 W!!! Los transformadores no los cuento porque gastan lo mismo con halógenas dicroicas que con lamparas de leds (14 W cada uno).
Para hacernos una idea, supongamos que nos dejamos todas las luces abiertas durante un día (24 horas) y luego todo un mes entero. A ver cuanto se ahorra con el cambio. Teniendo en cuenta que en España la electricidad cuesta 0,117759 €/KWh (septiembre 2010), calculamos:
Antes: 24 horas x 1050W/h = 25,2 KW x 0,117759 €/KWh = 2,96 € cada 24 horas
Ahora: 24 horas x 126W/h =  3,024 KW x 0,117759 €/KWh = 0,36 € cada 24 horas
Es decir, que dejarnos la luces abiertas todo el día nos hubiese costado antes unos 3 € y ahora 0,36€.
Si nos fuésemos de viaje un mes y nos dejásemos las luces abiertas nos hubiese costado:
Antes: 2,96 € x 30 días = 89,03 € al mes
Después: 0,36 € x 30 días = 10,68€ al mes
Menuda diferencia de precio!
Quería que con las fotos se viera la diferencia y poder comparar, pero inexplicablemente las fotos con lámparas de leds quedan fatal. Tanto las del recibidor como las de la cocina, parece como si estuviéran medio a oscuras, cuando en la realidad casi no se nota el cambio. En fin, estas son algunas de las fotos de antes y después del cambio:
Comparativa entre lámparas halogenas y lámparas de leds.
Comparativa entre lámparas halogenas y lámparas de leds.
Recibidor con 2 lámparas halógenas dicroicas (gastando 100W).
Recibidor con 2 lámparas de LEDs (gastando 12W).
Cocina con 8 lámparas halógenas dicroicas (gastando 400W).
Cocina con 8 lámparas de LEDs (gastando 48W).
En mi caso, las lámparas de LEDs que compré son “cool white” y no hacen la luz tan “calida” como las de halógenas, pero repito, a pesar que en las fotos se ve mucha diferencia, en la realidad la cantidad de luz es prácticamente la misma.

EL ÁNGULO DE DIFUSIÓN DE LA LUZ

Otra característica que hay que tener en cuenta es el ángulo de luz, como se puede ver en el siguiente dibujo, la luz puede estar centrada en muy poco espacio (como si fuese un foco) o puede estar más dispersa:
Ejemplo del ángulo de distribución de la luminosidad.
Ejemplo del ángulo de distribución de la luminosidad.
Pero últimamente están sacando al mercado bombillas de LEDs con modificaciones que hacen que el ángulo de luminosidad sea mayor. Por ejemplo un “truco” muy simple es que le ponen una especie de “lupa” que hacen que la luz quede más dispersa y no tan focalizada. En todo caso cuando se compran las lamparas de LEDs se indica el ángulo de luminosidad. En mi caso prefiero que sean de 120 grados (o 60 grados como mínimo), menos de 60 para mi es como tener pequeños “focos”, aunque quizás en algunas tiendas o galerías sea eso precisamente lo que se busca. Que cada uno elija según sus necesidades.
Ejemplo de dos lámparas de LEDs.
Ejemplo de dos lámparas de LEDs.
El mismo ejemplo que el anterior, pero aquí se aprecia la "lupa" que amplia el ángulo de luminosidad.
El mismo ejemplo que el anterior, pero aquí se aprecia la "lupa" que amplia el ángulo de luminosidad.
En la foto superior, vemos en (1) la “lupa” que decía antes, que hace que el ángulo de la luz sea bastante mayor que la lampara (2). El precio de ambas es la misma.

OTROS MÓDELOS DE LÁMPARAS LEDS

Otros “trucos” para aumentar la potencia de la luz o del ángulo de difusión es poner varias lámparas de LEDs en una sóla, en el ejemplo siguiente tenemos 3 lámparas juntas de 2 W, de manera que en total la lámpara la venden en muchos sitios como si fuese de 6W. Personalmente prefiero las lámparas más modernas de 6W que de 3×2W, pero para gustos se inventaron los colores.
Lámpara de LEDs 3x2W (6W en total), modelo Gu 10 6W
Aquí vemos que han puesto 6 leds de 1 W en una sóla lámpara (en total 6W).
Aquí vemos que han puesto 6 leds de 1 W en una sóla lámpara (en total 6W).
Y también tenemos ahora la tecnología LED en los fluorescentes el de LED consume la mitad.

Tubos fluorescentes con tecnología LED, gastan exactamente la mitad de energía que un fluorescente "normal".
Tubos fluorescentes con tecnología LED, gastan exactamente la mitad de energía que un fluorescente "normal".

miércoles, 7 de diciembre de 2011

LED

El LED (Light Emitting Diode) es componente semiconductor que emite luz al ser atravesado por una corriente eléctrica de muy baja intensidad. Debido a su tecnología el LED presenta unas ventajas frente a otros tipos de fuentes de luz:

Luz de color:

- El LED emite luz de color sin uso de filtros.
- Ventajas: Al no requerir filtros adicionales el ahorro y la eficiencia son mayores.  Permite colores saturados. Además el LED permite el cambio de color instantáneo por lo que proporciona la posibilidad de diseñar colores dinámicos, que cambien según el entorno, la época del año o los requisitos de arquitectos o decoradores.

Larga vida:

- Los semiconductores no están sometidos a desgaste dentro de luminarias bien diseñadas para asegurar una temperatura de funcionamiento adecuada, por lo que pueden alcanzar vidas útiles muy superiores a las fuentes tradicionales. Es muy poco frecuente que un LED sufra un fallo repentino, simplemente pierden muy gradualmente su luminosidad. Lightled garantiza la vida útil de sus luminarias mediante un diseño de disipación calórica avanzado, con varias patentes, simulaciones térmicas y prototipos, y gracias a las medidas exhaustivas de la temperatura de unión de los LEDs en todos sus productos.
- Ventajas: Menores costes de mantenimiento y recambio, especialmente importante en zonas de acceso difícil o costoso (túneles, tiendas abiertas al público, farolas a ciertas alturas, etc). Permite mostrar de cara al público una imagen impecable, sin luces fundidas.

Luz de Calidad:

- Hay muchos tipos de LEDs y muchas formas de diseñar luminarias. Lightled sólo emplea los LEDs con la mejor calidad de luz para la aplicación a que van destinados, ya que cada aplicación tiene requisitos diferentes. Las luminarias Lightled están diseñadas para minimizar deslumbramientos y para mantener la calidad de la luz inalterable, con mínimas variaciones del CRI o la temperatura de color con los años. El LED tiene un gran rango de temperaturas de color.
- El iluminación exterior, los LEDs permiten eliminar la contaminación lumínica. En condiciones de baja luminosidad (por ejemplo, de noche en el exterior) la luz blanca tiene un mayor nivel de iluminancia subjetivo a igualdad de luxes (efecto mesópico).
- Ventajas: Luz adaptada a la necesidad. Posibilidad de añadir color sin tener que variar la estética de la luminaria. La zona o producto va a estar siempre bien iluminado, sin cambios de tonos de color.  Permite adecuar la iluminación a las necesidades del proyecto o de distintas zonas de la instalación sin necesidad de tener varios modelos de luminarias, incluso mediante cambios dinámicos de la temperatura de color.
- En iluminación exterior, al tener un mejor CRI que el sodio permiten distinguir mejor los colores (en caso de accidente, diferenciar sangre de gasolina, por ejemplo). Debido al efecto mesópico, la impresión subjetiva es mucho mejor con luz blanca que con luz de sodio a igualdad de luxes.

Eficiente

- El LED transforma un elevado porcentaje de la energía eléctrica en luz visible, en comparación con otras fuentes lumínicas que emiten también longitudes de onda no visibles (ultravioletas o infrarrojos).

- Una luminaria LED emite menos calor al ambiente para el mismo flujo lumínico que otras luminarias tradicionales y lo emite en dirección contraria a la luz.


- El LED emite toda la luz en un hemisferio, evitando la pérdida de luz en la dirección opuesta, de esta forma se puede aprovechar todo el flujo emitido, con mínimas pérdidas.

- Todo esto permite alcanzar una eficiencia lumínica (lm/W) superior a la mayoría de fuentes de luz tradicional. Y la tecnología LED es muy reciente por lo que aún queda mucho recorrido en mejora de eficiencia.
- Ventajas: Las luminarias Lightled consumen menos y requieren menor potencia contratada. Los entornos cerrados iluminados con LEDs pueden ahorrar en climatización. Los productos iluminados con LEDs se calientan y deterioran menos.

Diseño

- El LED es pequeño.
- Ventajas: Permite a Lightled tener libertad para diseñar productos innovadores, para poder poner la luz donde se necesita y de esta forma no malgastar luz ni contaminar lumínicamente.

Dinámico

- El LED se enciende de forma instantánea, al contrario que muchas fuentes tradicionales, y no se dañan por frecuentes apagados y encendidos. También permite de forma muy simple disminuir o aumentar el flujo lumínico.
- Ventajas: Permite dinamismo de efectos lumínicos, también da rienda a nuevas aplicaciones antes impensables: encendidos instantáneos al detectar presencia en calles o túneles, encendidos a niveles de luz más altos en caso de emergencia o trabajos especiales.

sábado, 20 de agosto de 2011

Informacion

¿Por qué la gente pregunta por el consumo del coche antes de comprarlo? Porque al cabo de unos años, que gaste un litro de gasolina más o menos supone mucho dinero. Con los electrodomésticos pasa lo mismo y conviene tenerlo presente.


Entre los electrodomésticos el frigorífico se lleva la palma en gasto de energía por el simple hecho de que se pasa la vida "encendido". El 21% de la factura eléctrica del hogar es asunto suyo. Pero hay frigoríficos y frigoríficos. Uno de clase A consume alrededor de 450 Kwh. menos al año que otro de clase G con las mismas características y prestaciones. Y eso puede suponer un ahorro de 50 Euros en la factura eléctrica que en dos años será el doble y hasta el final de la vida útil del frigorífico habrá supuesto mucho dinero. Bastante más que la diferencia de precio entre los dos modelos a la hora de comprarlo.

Entre el consumo eléctrico de un lavavajillas de clase A y otro de clase F hay una diferencia de 20 Euros al año, una cantidad similar a la que va desde una secadora de clase A a otra de clase D. Diversos estudios comparativos han calculado que la diferencia de precio entre un aparato de la clase A y otro de la clase C -que podría considerarse próximo- se compensa en 5 años gracias a su menor consumo. Y como su vida útil se puede alargar por encima de los 12 años, el ahorro es evidente.

La etiqueta energética nació para informar a los consumidores. En 1994 se traspuso en España una Directiva comunitaria que exige el etiquetado de frigoríficos, congeladores, lavadoras, secadoras, lavavajillas y lámparas de uso doméstico (bombillas, fluorescentes y bombillas de bajo consumo) Desde entonces, todos los establecimientos que los venden están obligados a mostrar la etiqueta de cada aparato.

La etiqueta energética de la A a la G

Los niveles de eficiencia energética de los aparatos se determinan por una letra que va desde la A a la G, es decir, hay siete niveles. La A indica la máxima eficiencia y la G la mínima. El cálculo para situar a cada uno en su sitio parte de comparativas que se hicieron en Europa en 1993. Se midió el consumo anual de frigoríficos, lavadoras, etc. y al consumo medio de los aparatos analizados se le asignó el punto intermedio entre las letras D y E. A partir de ese punto o valor medio se calcularon los demás: un electrodoméstico de clase A, por ejemplo, consume sólo un 55% que uno de tipo medio, o incluso menos. El de clase B consume entre un 55% y un 75%; una lavadora C gasta entre en 75% y un 90%, y así sucesivamente.

Las etiquetas ofrecen mucha información dividida en dos columnas. En la de la izquierda se encuentran los enunciados y las barras de siete colores, que van del verde intenso al rojo, y que identifican cada clase. Debajo de las barras cada electrodoméstico tiene una información propia. Así, los frigoríficos indican el consumo de energía en kilovatios hora al año (Kwh. / año), además del volumen dedicado al frigorífico y al congelador o el nivel de ruido medido en decibelios. Las lavadoras miden el consumo energético en Kwh. por ciclo de lavado, y consignan también el consumo de agua en litros y el ruido de la máquina mientras está funcionando. Todos los datos propiamente dichos -la letra y los números que determinan los valores anteriores- se encuentran en la parte derecha de la pegatina.

En un informe sobre las etiquetas energéticas elaborado a finales de 1999 por la revista Compra Maestra, de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), se señala con acierto que "en las tiendas es frecuente encontrar sólo la pegatina de la derecha, que por si sola resulta ininteligible". La observación no puede ser más acertada ya que haría falta estar muy habituado a leer este tipo de etiquetas para saber que en un lavavajillas, ese 1 que aparece sin más indicaciones se refiere a los Kwh. que consume la máquina por ciclo de lavado. No es de extrañar, por tanto, que "mucha gente piense que el electrodoméstico en cuestión es eficiente por el hecho de llevar etiqueta energética, aunque luego sea de la clase E", como señala Ángel Cediel, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) "El desconocimiento por parte de los consumidores es todavía enorme y el grado de cumplimiento de la exhibición de las etiquetas por parte de las tiendas es muy deficiente" -dice-. En este sentido, varios establecimientos nos han asegurado que los clientes se interesan cada vez más por el significado de las etiquetas, pero aún son una minoría.

¿Es de fiar la etiqueta energética?

No existe ningún organismo independiente que etiquete cada electrodoméstico. Son las propias marcas las que contratan los servicios de laboratorios homologados para hacer pruebas de consumos de sus modelos. Y con los resultados de esas pruebas ponen las etiquetas, teniendo presente que en cualquier momento pueden pasar una inspección de la administración para cerciorarse de que esas etiquetas energéticas están diciendo la verdad. Pero lo cierto es que, hasta la fecha, no se ha hecho ningún control de este tipo en España.

Hay algo más. En las pruebas de laboratorio se permite un margen de error de un 15%, lo que implicaría un salto que podría llegar a ser de hasta dos clases. El análisis efectuado por Compra Maestra para la OCU, indica que "la clase energética mencionada en las etiquetas raramente se corresponde con la real y que el consumo está sistemáticamente subestimado, es decir, los aparatos se han situado en una clase demasiado elevada, casi siempre la inmediatamente superior". Por todo ello, la OCU propone "reducir el margen de error para detener el abuso; no asignar la clase por los valores medios detectados en las pruebas de laboratorio sino por los consumos más altos; y exigir que las administraciones efectúen controles oficiales y sancionen las infracciones".