lunes, 27 de febrero de 2012

La luz LED hace que los alimentos parezcan más apetitosos


Una buena iluminación puede marcar la diferencia entre los alimentos que vuelan de los estantes por lucir frescos y apetitosos, y la comida que termina caducada porque la luz hace que parezca sin vida.
El desembarco de la iluminación LED parece que tardará en llegar a nuestros mercados de abastos de forma mayoritaria, por lo menos hasta dentro de unos pocos años. Mientras tanto, los puestos siguen iluminándose con fluorescentes o bombillas de bajo consumo, creando un ecosistema lumínico plano pero igual de válido para el charcutero como para el pescadero.
La sensación que este tipo de luz fría da sobre las viandas es ciertamente extraña, como de animal muerto, como de sustancia a la que realmente han arrancado la vida.
Pero gracias al cielo, los nuevos tipos de tecnología de iluminación LED llegarán a las tiendas al por menor con un doble objetivo: ya no tanto por un evidente ahorro de energía de hasta el 80%, sino también para atraer a los compradores con un universo de colores que nuestro cerebro tendrá que acostumbrase a asimilar.


Todos sabemos que la comida entra por los ojos. Y con las nuevas luces LED digitales se puede casi duplicar el verdadero color de la iluminación solar, lo que significa que las naranjas parecen el doble de naranjas, las carnes el doble de rojas y los pescados, sin duda, resplandecientes igual que una estrella de cabaret.
La iluminación LED permite varias tonalidades, pudiéndose intercambiar bombillas según el tipo de alimento a iluminar (tonos tintos para las carnes, amarillos y verdes para las frutas y verduras…). Además los LEDs,  al calentarse mucho menos que las bombillas incandescentes o los fluorescentes, estropean también menos la comida presente en los puestos de exposición.
Muchos minoristas de alimentos han estado utilizando la iluminación fluorescente para regular el aspecto en sus vitrinas. Pero este tipo de luces se diseñaron para proporcionar luz ambiental fuerte en espectros de color amarillo o blanco, esto significa que emiten altos niveles de radiación UV, en particular en el rango UV-A y en el rango UV-B.
Estas emisiones también pueden actuar para aumentar la temperatura de la superficie de los alimentos, lo que conduce a su deterioro acelerado, a aumentar la velocidad a la que se decoloran y a la consiguiente llegada de los malos olores.

Sin embargo no es oro todo lo que reluce, ni merluza todo lo que nada. Y es que también existe la otra cara de la moneda. Porque la luz LED se puede utilizar para resaltar o, directamente, para engañar. No es asunto baladí. No será el primero que sale de una tienda con un aguacate verde y brillante y al llegar a casa resulta que es más pálido que una chirimoya.
En varios estados de EE.UU han adoptado una norma promulgada por la Food and Drug Administration que limita ciertos tipos de iluminación como engañosas. La norma establece que “los aditivos alimentarios, las envolturas de colores o las luces no pueden ser usadas para tergiversar la verdadera apariencia, color o la calidad de un alimento”.
Juzgar si usar la iluminación es tergiversar o simplemente mejorar un alimento es tan subjetivo como definir el sabor que tiene dicho alimento, aunque algunos fabricantes de LED americanos ya han anticipado que están preocupados porque la imposición de la FDA les haga poner los pies en el suelo de las expectativas.
La gran cuestión es hasta qué punto se puede regular el color de un alimento y no cruzar esa línea. La buena noticia es que los LEDs tienen la capacidad de ser programados en intensidad, para corregir iluminaciones excesivas. Y eso sirve tanto para el ojo como para el bolsillo del cliente.

jueves, 23 de febrero de 2012

Sustituir lámparas halógenas por lámparas de leds ahorra energía y dinero drásticamente

INTRODUCCIÓN

Las lámparas reflectoras halógenas (lámparas dicroicas) han ganado cuota de mercado en los últimos años, principalmente debido a su brillo (alta intensidad), la estética y la disminución de costos en la instalación. Su funcionamiento básico consiste en utilizar un transformador para tener bajo voltaje pero una intensidad de corriente muy alta, de manera que pueden tener un filamento de tungsteno mucho más corto que una bombilla “normal”. El problema es que gastan mucha energía eléctrica (y dinero).
Ejemplos de lámparas halogenas dicroicas típicas de 12V y 50W.
Ejemplos de lámparas halogenas dicroicas típicas de 12V y 50W.
La alta intensidad de luz y los reflectores internos que utilizan, consiguen un foco de luz muy potente que se ha utilizado históricamente para los objetos de iluminación in situ, tales como obras de arte y muestra al por menor.
En los últimos años, sin embargo, las lámparas halógenas dicroicas se han convertido en muy populares para la iluminación de espacios grandes como casas, oficinas y tiendas. Sin embargo, su haz estrecho requiere que un gran número de lámparas sean necesarias para iluminar estos espacios abiertos al mismo tiempo tratando de mantener una cierta uniformidad. No es raro ver a decenas de lámparas de iluminación de un área relativamente pequeña… el problema es que consumen mucha energía, 50 W por bombilla más 14 W por cada transformador (cada lámpara lleva uno).

EL CAMBIO DE LÁMPARAS VALE LA PENA

Hasta hace poco en mi piso estaban llegando facturas millonarias de la luz y por mucho que llevásemos cuidado seguíamos pagando mucho. Hasta que nos dimos cuenta que la culpa eran de las bombillas halógenas.
Como he comentado antes, cada bombilla halógena consume 50W cada hora, y teniendo en cuenta que generalmente se ponen varias unidades, el consumo se dispara. En mi cocina teníamos 8 bombillas halógenas, en total consumían 400 W, más 112 W de los transformadores, en total 512W para iluminar una simple cocina!!! una barbaridad para la economía y para la ecología.
Así que buscando por Internet me encontré las llamadas bombillas “halógenas” de leds, que consumían muchísimo menos. Los LEDs (Light EmittingDdiode) son esas lucecitas que por ejemplo, tenemos en el televisor cuando se apaga con el mando y se pone en Stand By, y se enciende una luz pequeña de color rojo.
Ejemplos de LEDs típicos utilizados en los aparatos electrónicos.
Ejemplos de LEDs típicos utilizados en los aparatos electrónicos.
Pero no estaba muy convencido que la luz fuese más o menos la misma, así que por eBay compré una de 6 W a un chino para probar… y aunque no hace la misma luz ni tampoco es tan “cálida” como la halógena, realmente el cambio valía la pena, así que he cambiado todas las bombillas halógenas de mi piso (50 W cada una)  por lámparas de leds de 6 W.
Ejemplos de lámparas de leds, 12V y 6W.
Ejemplos de lámparas de leds, de 6W (y 12 V).

EL COLOR DE LA LUZ

Cuando busquéis bombillas de LEDs, fijaos que hay varios tipos de “color” de la luz (técnicamente se llama “temperatura de color”), para que se entienda mejor pondré un par de ejemplos de lo que se puede encontrar:
  • “WarmW” o “Warm White” (blanco caliente) ofrece un color blanco un poco amarronado (parecido a las bombillas). Es un tipo de luz que relaja, hay quién la compara con la luz del atardecer.
  • En cambio el tipo “Cool White” (blanco frío) es un blanco parecido a la luz que ofrece la mayoría de fluorescentes. Se la relaciona con la luz matinal, y se dice que incita a la concentración y la actividad.
La temperatura de color (se mide en K o Kelvin) nos dice la tonalidad que tiene la luz.
La temperatura de color (se mide en K o Kelvin) nos dice la tonalidad que tiene la luz. Haz click en la imagen si quieres ampliarla.
Es recomendable mirarse bien el color que se desea antes de comprar las lámparas para evitar sorpresas.

COMPARATIVA ANTES Y DESPUÉS

Y aquí publico más datos de mi caso por si a alguien le resulta útil esta información.
Recibidor: 2 lámparas. Antes 2×50W= 100W. Ahora 2×6W=12W
Pasillo: 2 lámparas. Antes 2×50W= 100W. Ahora 2×6W=12W
Lavabo: 3 lámparas. Antes 3×50W= 150W. Ahora 3×6W=18W
Cocina: 8 lámparas. Antes 8×50W= 400W. Ahora 8×6W=48W
Comedor: 6 lámparas. Antes 6×50W= 300W. Ahora 6×6W=36W
En total, 21 lámparas. Antes  1.050 W y ahora 126 W. Un ahorro de 930 W!!! Los transformadores no los cuento porque gastan lo mismo con halógenas dicroicas que con lamparas de leds (14 W cada uno).
Para hacernos una idea, supongamos que nos dejamos todas las luces abiertas durante un día (24 horas) y luego todo un mes entero. A ver cuanto se ahorra con el cambio. Teniendo en cuenta que en España la electricidad cuesta 0,117759 €/KWh (septiembre 2010), calculamos:
Antes: 24 horas x 1050W/h = 25,2 KW x 0,117759 €/KWh = 2,96 € cada 24 horas
Ahora: 24 horas x 126W/h =  3,024 KW x 0,117759 €/KWh = 0,36 € cada 24 horas
Es decir, que dejarnos la luces abiertas todo el día nos hubiese costado antes unos 3 € y ahora 0,36€.
Si nos fuésemos de viaje un mes y nos dejásemos las luces abiertas nos hubiese costado:
Antes: 2,96 € x 30 días = 89,03 € al mes
Después: 0,36 € x 30 días = 10,68€ al mes
Menuda diferencia de precio!
Quería que con las fotos se viera la diferencia y poder comparar, pero inexplicablemente las fotos con lámparas de leds quedan fatal. Tanto las del recibidor como las de la cocina, parece como si estuviéran medio a oscuras, cuando en la realidad casi no se nota el cambio. En fin, estas son algunas de las fotos de antes y después del cambio:
Comparativa entre lámparas halogenas y lámparas de leds.
Comparativa entre lámparas halogenas y lámparas de leds.
Recibidor con 2 lámparas halógenas dicroicas (gastando 100W).
Recibidor con 2 lámparas de LEDs (gastando 12W).
Cocina con 8 lámparas halógenas dicroicas (gastando 400W).
Cocina con 8 lámparas de LEDs (gastando 48W).
En mi caso, las lámparas de LEDs que compré son “cool white” y no hacen la luz tan “calida” como las de halógenas, pero repito, a pesar que en las fotos se ve mucha diferencia, en la realidad la cantidad de luz es prácticamente la misma.

EL ÁNGULO DE DIFUSIÓN DE LA LUZ

Otra característica que hay que tener en cuenta es el ángulo de luz, como se puede ver en el siguiente dibujo, la luz puede estar centrada en muy poco espacio (como si fuese un foco) o puede estar más dispersa:
Ejemplo del ángulo de distribución de la luminosidad.
Ejemplo del ángulo de distribución de la luminosidad.
Pero últimamente están sacando al mercado bombillas de LEDs con modificaciones que hacen que el ángulo de luminosidad sea mayor. Por ejemplo un “truco” muy simple es que le ponen una especie de “lupa” que hacen que la luz quede más dispersa y no tan focalizada. En todo caso cuando se compran las lamparas de LEDs se indica el ángulo de luminosidad. En mi caso prefiero que sean de 120 grados (o 60 grados como mínimo), menos de 60 para mi es como tener pequeños “focos”, aunque quizás en algunas tiendas o galerías sea eso precisamente lo que se busca. Que cada uno elija según sus necesidades.
Ejemplo de dos lámparas de LEDs.
Ejemplo de dos lámparas de LEDs.
El mismo ejemplo que el anterior, pero aquí se aprecia la "lupa" que amplia el ángulo de luminosidad.
El mismo ejemplo que el anterior, pero aquí se aprecia la "lupa" que amplia el ángulo de luminosidad.
En la foto superior, vemos en (1) la “lupa” que decía antes, que hace que el ángulo de la luz sea bastante mayor que la lampara (2). El precio de ambas es la misma.

OTROS MÓDELOS DE LÁMPARAS LEDS

Otros “trucos” para aumentar la potencia de la luz o del ángulo de difusión es poner varias lámparas de LEDs en una sóla, en el ejemplo siguiente tenemos 3 lámparas juntas de 2 W, de manera que en total la lámpara la venden en muchos sitios como si fuese de 6W. Personalmente prefiero las lámparas más modernas de 6W que de 3×2W, pero para gustos se inventaron los colores.
Lámpara de LEDs 3x2W (6W en total), modelo Gu 10 6W
Aquí vemos que han puesto 6 leds de 1 W en una sóla lámpara (en total 6W).
Aquí vemos que han puesto 6 leds de 1 W en una sóla lámpara (en total 6W).
Y también tenemos ahora la tecnología LED en los fluorescentes el de LED consume la mitad.

Tubos fluorescentes con tecnología LED, gastan exactamente la mitad de energía que un fluorescente "normal".
Tubos fluorescentes con tecnología LED, gastan exactamente la mitad de energía que un fluorescente "normal".

domingo, 12 de febrero de 2012

Smart Cities

¿Qué se entiende por Smart City?
Concepto novedoso aplicado a las ciudades en el que están presentes:
  • Administraciones públicas cuyo objetivo es ofrecer nuevos y mejores servicios.
  • Ciudadanos, pieza fundamental en el desarrollo de la ciudad.
  • Eficiencia energética y sostenibilidad, dirigido a un equilibrio con el entorno y los recursos naturales.
  • Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) como soporte y herramienta facilitadora para la provisión de servicios.
Contexto
  • El ciudadano (individual y privado o como colectivo, desde el punto de vista laboral o persona/ocio) es el receptor principal de los servicios que se ofrecen.
  • Los entornos (respaldados por sistemas tecnológicos) en los que se desarrolla la vida de la ciudad: hogares, empresas, movilidad, turismo, asistencia socio-sanitaria, etc.
Estos factores crean una diversidad de entornos sobre los que se desarrollan las tecnologías que conforman lo que se denomina Ambient Intelligence (Inteligencia Ambiental) y con servicios disponibles y ubicuos (ubiquity: anywhere – anytime – any device)
Ambitos de una Smart City
Una Smart City puede considerar diferentes ámbitos o entornos de la ciudad a través de los servicios que ésta ofrece. El desarrollo coordinado y coherente de todos ellos permitirá identificar una ciudad como inteligente.